Historia de la devoción de la Patrona de Antequera
Imagen
Virgen de Los Remedios Coronada con Niño Jesús
Sede
Iglesia de Los Remedios, Antequera
La imagen de la Virgen de los Remedios es el gran tesoro de Antequera, Patrona de la Ciudad, Alcaldesa Perpetua, Reina y Madre de sus moradores, Titular de la Venerable Esclavitud, Consoladora y Remedio de todos cuantos acuden a su celestial protección… Por derecho propio y unánime clamor popular posee todos los Títulos y todas las Alabanzas.
Si aceptamos los hechos que aparecen citados en los documentos históricos, la imagen de la Virgen de los Remedios lleva ahora mismo 501 años (1521-2022) entre nosotros. Resulta impresionante estimar el cúmulo numérico de favores personales y colectivos que la Señora habrá dispensado durante todo este tiempo.
Aceptamos el origen de la imagen traída por el Apóstol Santiago y entregada en manos de Fray Martín de las Cruces a las puertas del modesto convento de Las Suertes «Aquí tienes el remedio de tus fatigas y el remedio para la Ciudad de Antequera» Con este mensaje se inicua un largo e ininterrumpido proceso de manifestaciones populares hasta que la imagen es colocada en uno de los lugares más céntricos del mapa urbano de Antequera y se le erige un templo de evidentes valores estéticos.
Ella materialmente pequeña, es formalmente grande y contiene en sí misma el pasado, el presente y el futuro de una Ciudad significada por su heroísmo militar, su cultura humanística, el esplendor del arte barroco, las artesanías más plurales, el espíritu de apertura y convivencia… Ella reina con todas las adhesiones de su pueblo cuando nacen los soles mañaneros y cuando las mieses de sus vegas están en sazón.
Fueron muchas las epidemias de peste, cólera morbo, terremotos, inundaciones, crisis de alimentos… que la ciudad padece durante el llamado Antiguo Régimen. La peste sufrida en 1649 hizo nacer la preocupación de los médicos, cirujanos, boticarios y astrónomos buscando las causas de estos tristísimos eventos en los eclipses y las malas cosechas. En la epidemia de 1679 resultaba un macabro espectáculo contemplar los carros de la muerte en dirección a los carneros (fosas comunes) y la persecución de las bastardas intenciones de los untadores. Ya al finalizar el siglo XIX en los años 1884 y 1885 Antequera sufre otras dos grandes calamidades: el cólera que de nuevo llama a sus puertas con toda suerte de estragos y un violento terremoto con repercusión en gran parte de Andalucía.
Ante los hechos se suscitaron opiniones de muy diverso género. Las más extendidas buscaban en el pecado de los hombres estas venganzas o castigos de un Dios Todopoderoso y Justiciero. De inmediato, el pueblo buscaba auxilio y protección en sus creencias religiosas. Se organizaron actos de penitencia procesiones sacando a las calles las imágenes de Jesús y María Santísima, rogativas… para implorar de los cielos cesaran los castigos.
Está documentado históricamente que el pueblo antequerano, con todo respeto y devoción, busco en la bendita imagen de la Virgen de los Remedios una fuerza mayor capaz de interrumpir las desgracias de las que eran víctima. Durante los ochenta años que la imagen de los Remedios estuvo en las Suertes (1521-1607) fue sacada muchas veces en procesión de rogativa manifestando el pueblo antequerano su acendrada fe en el poder taumatúrgico de la Señora.
No evocamos aquí fenómenos mensurables con parámetros humanos sino actos de fe individuales y colectivos de honda espiritualidad. Así es cierto que Antequera buscó y sigue buscando Remedios para sus males. La fama de la imagen fue creciendo progresivamente a lo largo de todo el siglo XVI. En el año 1546 fue designada Patrona de la Ciudad de Antequera. Ambos Cabildos, Eclesiástico y Municipal, acordaron celebrar un novenario con motivo de su festividad establecida el día 8 de Septiembre. En esta época tenemos constancia documental de que las procesiones de rogativa con la sagrada imagen salían de la Ermita de Las Suertes transportada en unas modestas parihuelas llevadas por labriegos, hacia la Ermita de Belén, calle Fresca, Arco de la Estrella… Hasta la colegiata de Santa María en donde se verificaban los actos religiosos solemnes y en donde el pueblo antequerano se concentraba para rendirle culto y homenaje.
Sin embargo, la distancia geográfica de Las Suertes y Antequera (cuatro millas aproximadamente) resultaba penosa para el ejercicio diario de la devoción mariana. Los frailes terceros, decidieron entonces (año 1607) que la imagen debería ser establecida en la misma ciudad de Antequera, pese a la clara oposición de otros Conventos (muy particularmente los Agustinos). La tenacidad de los frailes y el unánime sentir del pueblo lograron que la imagen después de haber estado breves días en la Ermita de Belén fuese instalada en la Ermita de San Bartolomé (en la esquina de la calle de este nombre con la calle Estepa) hasta ser trasladada dos años mas tarde (1609) al lugar que ocupa en la actualidad.
Junto a las oraciones sencillas y populares, la impresión de exvotos y estampas, durante el siglo XVII hay que valorar como exquisita aportación las inspiradas poesías dedicadas en Antequera a la Madre de Dios de Monteagudo, a la Virgen del Rosario y a Los Remedios. Baste citar los nombres de Luis Martín del la Plaza, Juan Bautista de Mesa, Cristóbal de Roca, Agustín de Tejada y Páez y Doña Cristobalina Fernández de Alarcón.
Nadie ha escrito jamás palabras tan bellas e inspiradas a la Virgen de los Remedios como las que nacen del corazón enamorado de Pedro Espinosa, antequerano, humanista, barroco, Capellán del Duque de Mediana Sidonia y Rector del Colegio de San Idelfonso. En su Panegírico de Antequera publicado en 1626 dice «¿Quien puede dexar de querer a quien no puede dexar de ser querida, a quien, por querer, dexa quererse y es todos los remedios, aún a los descuidados de su remedio? A cuyos hermosos ojos, patria del agrado, de quien el sol es un reflejo, que hablan piedades, que persuaden premios, envío el corazón, ardiendo en clara llama, por mensajero de sí mismo, para que siempre la alabe entre los infinitos trofeos de su templo, y entre las imágenes de cera de su sagrario.»
Fue larga y laboriosa la construcción de la Iglesia de los Remedios desde la llegada de la imagen a su sede actual en 1609. Por documentos fidedignos sabemos que en 1628 las obras de levantamiento de muros y bóvedas están asignadas a GONZALO YAÑEZ y FERNANDO DE OVIEDO. Sabemos también que en 1630 PEDRO AREVALO, cantero, levanta la bellísima espadaña de piedra reclamo secular de tantas piedades y fervores. Sin Embargo, hasta 1698, no se finalizan las obras de la Capilla Mayor. Casi todo un siglo volcado en su empeño.
Entre los años 1700-1707 MIGUEL ASENCIO CARRIZO compone el vistoso pedestal para colocar la sagrada imagen de los Remedios, FRANCISCO JOSE GUERRERO y ANTONIO DE RIBERA organizan y ultiman el grandioso retablo del altar mayor (1721- 1724) que sería dorado y estofado algunos años mas tarde a costa de antequeranos devotos de su Patrona.
De esta manera, con toda clase de artes y pericias estéticas, fue como los Remedios encuentran el escenario religioso durante tantos años sentido y esperado. Desde su bellísimo camarín y su grandilocuente retablo barroco esta pequeña imagen de 66 centímetros de altura, gótica y renacentista al mismo tiempo, armónica sinfonía policroma, dominadora de la naturaleza y las fuerzas cósmicas, reparte sus remedios a manos llenas son hipotecas ni deudas. Generosamente. Basta con hablarle y sentirla de corazón a corazón.
En 1711 se constituye y funda la Venerable Esclavitud de Nuestra Señora de los Remedios, siendo aprobadas sus primeras Constituciones en ese mismo año por el Obispado de Málaga. Nace la Congregación con el fin expreso de dar culto y extender la devoción a la Santísima Virgen de los Remedios. Desde esta fecha hasta nuestros días, nobilísimas personalidades antequeranas han impulsado y formado parte de la Esclavitud, en una primera época en total coordinación con la Comunidad de Terceros Franciscanos a quien correspondió la guarda y administración religiosa de la Iglesia de los Remedios; y después de la desamortización de Mendizábal, de manera autónoma, venciendo toda clase de dificultades y limitaciones sin más interés que el servicio devoto a la Señora de Antequera. Renovó su Estatutos en 1891.
En 1922 el conjunto de fuerzas eclesiásticas y municipales de la ciudad solicitan a Roma (Pío XI) que la Virgen de los Remedios sea canónicamente coronada en una solemne ceremonia que tuvo lugar en el Paseo Real de Alfonso XIII la mañana del domingo 10 de septiembre de 1922 con el aplauso unánime de todo el pueblo antequerano. Tuvo la gloria de materializar la áurea coronación el Arzobispo de Granada Don Vicente Casanova Márzol. Ese mismo día hubo procesión solemne con la imagen estrenando andas de plata por las calles céntricas de la ciudad y por la noche, en el Salón Rodas inspiradísimas loas y sentidas alabanzas dedicadas a la Patrona. Entre ellas queremos citar las compuestas por Don Ricardo de Talavera Gómez, Don Rafael de la Linde, Díaz Escobar, Valverde y Díaz Serrano.
En 1946 (7 al 16 de noviembre) tiene lugar en Antequera la Santa Misión con la intervención personal del jesuita antequerano R.P. Fernando María Moreno Pareja-Obregón quien supo sensibilizar espiritualmente a una gran multitud de hombres que comulgaron devotamente ante el altar de la Patrona el día 17 del mes citado. En 1947 se celebran las bodas de Plata de la Coronación y con este motivo merece la pena citar las páginas que la prensa local dedicó al evento rememorando el origen histórico de la Virgencita entregada por el Apóstol Santiago a Fray Martín de las Cruces. Finalmente, en 1984, la Virgen de los Remedios es declarada Alcaldesa Perpetua de Antequera. Y en su delicada mano derecha la vara de mando que así lo testifica.
Escribimos estas líneas en vísperas de conmemorar el 75 aniversario de la Coronación Canónica de la Reina y Madre de nuestra ciudad (1922-1997). Ha llegado la hora de las Bodas de Diamante. Y habrá que celebrarlas en el hondón del espíritu con la misma encendida devoción con la que nuestros mayores hicieron sus peticiones y la Hija Predilecta de Israel les dispensó a sus mejores Remedios.
Texto original de Juan Manuel Moreno García
En la actualidad, en el año 2022, se conmemora el centeneario de la Coronación Canónica de la Virgen de Los Remedios. Para esta ocasión, toda la ciudad, acompañada por demás cofradías, hermandades y corporación municipal, se han unido para homenajear y demostrar su devoción hacia la Patrona de Antequera. Uno de los actos más importantes será la MAGNA, la procesión que, en el día de Los Remedios, el 8 de septiembre de 2022, contará con la salida de numerosas imágenes a celebrar con nosotros los 100 años de canonización de la Patrona de Antequera.
Imagen de la Coronación de la Virgen de Los Remedios en el año 1922
Patrona de Antequera
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