Patrimonio de la Virgen de Los Remedios

Imagen
Virgen de Los Remedios en escultura de 66 ecentímetros con Niño Jesús en brazos
Ubicación
Camarín de la Iglesia de Los Remedios, Antequera
Estilo
Renacientista con las últimas tendencias del gótico andaluz
Datación
Siglo XIV, con restauraciones en los siglos XIX y XX
Datos más relevantes de la imagen de la Virgen de Los Remedios
La imagen de la Virgen de los Remedios, Patrona de la ciudad de Antequera desde el año 1546, es una escultura de comienzos del siglo XVI, que dentro de su renacimiento incipiente participa, en cierta medida, de las últimas influencias del gótico andaluz.
Su iconografía parte del modelo de la Virgen «conductora u Hodegetra que la representa como Virgen-madre, de pie y con el Niño Jesús en el lado izquierdo, apoyado en la cadera y conduciendo al Hijo en su recorrido temporal. Se trata de un modelo que se define plenamente a partir del siglo XIV y que tendrá una amplísima difusión en centurias posteriores.
Realizada en madera de pino rojo y con una altura de 66 centímetros, la imagen de la Virgen de los Remedios recibió diferentes intervenciones restauradoras a lo largo de los siglos, si bien la más importante fue la llevada a cabo en el año 1816 por el escultor antequerano Miquel Márquez García. Hasta aquel momento su aspecto debia ser -particularmente las carnaciones- de un tono generalmente más oscuro. Es más, incluso puede que presentara entonces, en algunas partes de la talla, pequeñas mutilaciones producidas para facilitar la operación de vestirla con telas reales, algo que se hizo durante los siglos XVII y XVIII.
Como apuntábamos con anterioridad, la Virgen aparece de pie y llevando el Niño en el brazo izquierdo, aunque sosteniéndolo con ambas manos. La cabeza de María se inclina levemente hacia la izquierda en actitud de tierna relación con el Hijo, que aparece desnudo sosteniendo una pera dorada con la mano derecha al tiempo que apoya la izquierda sobre su propia rodilla. Tanto la ténica como el manto, que cae sobre el cuello y los hombros dejando completamente despejada la larga cabellera, presentan un drapeado de paños muy anguloso y de tipo «metálico» como rasgo característicos de su progenie gótico-flamenca. Toda la figura descansa sobre una base, formada de nubes y de una media luna con las puntas hacia abajo y envolviendo una especie de esfera, que pudiera representar al resto de la masa lunar sin iluminar o quizá una estilización del globo terráqueo.
Restauraciones
Al iniciarse el siglo XIX, la imagen de la Patrona debería estar bastante deteriorada en un sentido general, lo que llevo a los Terceros Franciscanos y a la Esclavitud a tomar la decisión de encargar a Márquez su restauración. Y este optó, teniendo en cuenta el estado de la escultura y los criterios de intervenci n de la época, por renovar totalmente las carnaciones y el estofado de los paños y de la peana-nube, así como por colocar ojos de cristal a la Virgen y al Niño. En un ingenioso texto de la época se llegó incluso a decir que se había producido el inesperado milagro del cambio del color de la cara, mudando su tez muy morena por otra más blanca o nacarada.
La intervención de 1816 ha tenido una gran importancia en el aspecto definitivo o actual de la escultura. El encargado de la misma, el escultor Miguel Márquez García, contaba entonces cuarenta y nueve años de edad y una larga experiencia como imaginero. Ya en 1792 había llevado a cabo la restauración remodelación de la popular imagen de la Virgen del Socorro, muy venerada en la iglesia de Santa María de Jesús, que también pertenecía a los Terceros Franciscanos. Márquez, al plantear su intervención, partía de una considerable libertad, pues no sólo colocó ojos de cristal a ambos personajes, sino que dejó toda la escultura en la madera para volverla a repolicromar. Sin embargo, vemos que en el tratamiento del dorado renovado de los paños no optó por el abigarramiento colorista del barroco, sino que prefirió el color oro liso, si bien tallando finalmente unos esgrafiados sobre el aparejo, no sobre la madera, para conseguir adornos en relieve estofados con rayas grabadas.
Tan sólo el diseño de los adornos -grecas, festones y pequeñas cornucopias- nos recuerdan el tardo barroquismo del momento. Las vueltas del manto, que apenas se dejan ver, presentan un sencillo estofado en pan de plata y florecillas en tonos celestes dispuestas a manera de red o encaje de bolillos.
Con respecto a las carnaciones son las habituales en los Márquez -recordemos que Miguel fue hijo y padre de escultores-, de tonos claros y rosáceos, destacando los frescores de las mejillas y el color castaño claro de los cabellos que se funden en minúsculas pinceladas sobre las frentes de la Virgen y el Niño.
A finales del Siglo XX la imagen de la Patrona fue restaurada en el Taller Municipal, por la licenciada María Isabel Olmedo Ponce, llevándose a cabo una labor de limpieza y consolidación. Se ha eliminando la grieta que recorría, en sentido vertical, ambas piernas del Niño y la parte delantera del manto y se han reintegrado pequeñas lagunas de las carnaciones -particularmente de ambas manos de la Virgen- y de las zonas doradas.
Elementos patrimoniales de la Hermandad de Los Remedios
Mantos de la Virgen
Materiales: Brocado
Fecha Realización: Sin datación exacta - Siglo XVIII
Sobre fondo blanco se disponen golpes de follaje dorado matizados con otros elementos policromos.
El tejido repite un motivo ornamental de corte dieciochesco, formado por crestas de rocalla, rosarios de perlas, tornapuntas, estilizados tallos con flores, palmas y espigas, rameados florones, palmas,potencias de rayos y guirnaldas de flores, pámpanos y uvas. Puntillas de encaje de bolillo en almejilla de plata ribetean el manto.
Materiales: Brocado
Fecha Realización: Sin datación exacta - Siglo XVIII
Sobre fondo azul celeste bandas tornasoladas de sinuoso diseño, entonadas en gamas plateadas, cremas y púrpuras se alternan con ornamentación naturalista a base de tallos de flores policromadas matizadas en oro. Un magnٍfico encaje de bolillo en almejilla de plata ribetean el manto.
Materiales: Brocado
Fecha Realización: Sin datación exacta - Siglo XVIII
Sobre fondo raso plateado se teje un entramado mixtilٍneo en tonos dorados y celeste. A este se superpone una red romboidal trazada por ramos de rosas entonadas en vivas gamas púrpuras y rojizas. Se ribetea con puntillas de bolillo en almejilla de oro.
Materiales: Brocado
Fecha Realización: Sin datación exacta - Siglo XIX
Sobre fondo rosaceo aparecen cintas entrecruzadas con hojas, rosarios de perlas y motivos florales plateados. Puntillas de encaje de almejilla de plata ribetean el contorno.
Materiales: Brocado
Fecha Realización: Sin datación exacta - Siglo XIX
Sobre fondo verde mar se disponen meandros ocres alternados con tallos muy adelgazados, de los cuales nacen pequeّas flores y hojas en entonaciones malvas que rompen la uniformidad del conjunto. Los bordes se rematan con encaje de almejilla en oro.
Materiales: Seda
Fecha Realización: Sin datación exacta - Siglo XIX
Emparentado con los diseños para tapicerías. Sobre fondo de color crema, hileras de gotas imprimen una rigurosa división en bandas verticales tachonadas por menudas composiciones florales con entonaciones rosáceas. Encaje de oro circunda el perímetro.
Materiales: Brocado y tisú de plata
Fecha Realización: Sin datación exacta - Siglo XIX
Sobre fondo tornasolado en bandas blancas y celestes se recortan composiciones florales y rameados. Aplicaciones de tisú y cordoncillo de prefiles lanceolados bordean el perímetro ribeteado, a su vez, por puntillas de almejilla de plata.
Materiales: Brocado
Fecha Realización: Sin datación exacta - Siglo XIX
Sobre fondo crema se distribuyen turgentes cornucopias alternandas con moteados florales, todo ellos entonandos en plata. Puntillas de encaje en almejilla de plata rodean el contorno.
Materiales: Brocado
Fecha Realización: Sin datación exacta - Siglo XIX
Sobre fondo blanco aparecen motivos florales entonados en rosa y negro esparcidos por la totalidad de la superficie de la prenda. Su diseño recuerda los tejidos de tapicería. Ribeteado por puntillas de almejilla de oro.
Materiales: Tisú
Fecha Realización: s.XIX
Mediante la técnica del bordado de aplicación se dispone un filete ondulado de tisú de plata azul, ribeteado de cordoncillo sobre la superficie lisa del tejido. La ornamentación, extremadamente delicada, se concentra en las dos caٍdas laterales o vistas de la prenda. Estilizados tallos vegetales con guías de cordoncillo sirven de eje a las flores y espigas, rematadas con mostacillas. Estos motivos convergen en grandes rosetones elaborados mediante aplicaciones de tisú.
Materiales:Tisú de plata e hilos de oro
Fecha Realización: s.XVIII-XIX
Sobre fondo de tisu se disponen suntuosos motivos de ornamentacion vegetal, ejecutados mediante la técnica del bordado en oro a realce con profución de cartulinas, lo cual permite jugar con diferentes efectos de plasticidad y volumen. En este caso, aparecen sinuosos roleos, tallos de acanto, plamas, rosas, tulipanes entremezclados con zarcillos, pémpanos y racimos de uvas. Desde la guardilla que rodea la cola nace un hermoso ramo de flores que rompe la uniformidad del conjunto. Esquejes de acanto se distribuyen por el perímetro configurando una sencilla cenefa rematada en pequeñas cartelas en las puntas. Como es habitual, el repertorio decorativo se condensa en los márgenes perimetrales de la prenda con toda su riqueza técnica y compositiva. En tanto, la superficie central se libera y tan solo aparece tachonada de ramilletes florales que siguen un carasterístico diseño asimétrico.
Materiales: Terciopelo rojo, hilos de oro, mostacillas y lentejuelas
Fecha Realización: Siglo XIX
Constituye una espléndida muestra del bordado decimonónico antequerano. A partir de la depuración y estilizacion de los turgentes elementos decorativos propios del Barroco, el XIX opera una transformación que redunda en la belleza del efecto final y en la fantasía del diseó, permitiendo además la introducción de variadas técnicas de ejecución. Esquejes de acanto rematados en volutas configuran un motivo seriado en forma de sigma que se repite a lo largo del perٍmetro de la prenda. Su carnosidad contrasta con la fragilidad de los motivos interiores, dispuestos simétricamente a partir de la ordenación impuesta por el gran lazo central que los "ata" figuradamente en el extremo de la cola. A partir de aquí se distribuyen trazando un dinámico juego de curvas y contracurvas que adopta como guía los delgados tallos de acanto que se esparcen sobre la superficie del tejido, atrayendo hacia si una gran variedad de flores, vainas, rosarios de perlas y rameados. Entre las técnicas empleadas predominan las cartulinas y puntos enladrillados, perfiladas con lentejuelas y mostacillas. Al igual que la pieza anterior, un gran ramo de flores con rosas, tulipanes y campánulas brota con gran fuerza de volumen desde la cola, para intriducirse en el paño central tachonado este con distintos tipos de ramilletes.
Materiales: Lienzo y fieltro
Fecha Realización: Sin datación exacta - Siglo XX
Bordado mediante la ténica de repostero, distintas aplicaciones de fieltro rojo bordean los márgenes de la pieza, trazando sobre la superficie un elegante diseño neoplateresco de motivos vegetales, dispuestos simétricamente al modo del candelieri renacentista, solo interrumpidos por florones con sendos motivos heráldicos: el escudo de la ciudad de Antequera y el de la Esclavitud de la Virgen de los Remedios. Este último, se inscribe en una cartela ornamental rematada por la corona real. Su iconografٍa se compone de dos óvalos, uno con la letra ese atravesada por un clavo (acróstico del término "esclavo") y un segundo con el anagrama del Ave María y la cruz de Santiago, en relación a la leyenda que atribuye al Apóstol la entrega de la Virgen de los Remedios a los Frailes Terceros Franciscanos en 1521.
Imágenes

VIRGEN DE LOS REMEDIOS EN LAS ANTIGUAS ANDAS
Anónimo. Segunda mitad del siglo XVII. Palacio Municipal. Oleo sobre lienzo. 141 x 110 cms.
Se trata de la representación pictórica más antigua que conocemos de la Virgen de los Remedios. Aparece vestida con ropas reales a la moda y usanza de la época e instalada en las antiguas andas procesionales de plata, que en realidad no debería ser de grandes dimensiones. La peana sobre la que se asienta la imagen que simula ser de madera dorada, así como los tres ángeles desnudos que la acompañan nos recuerdan el estilo del pintor barroco antequerano Manuel Farfán, que había realizado algunos lienzos para la iglesia conventual de los Terceros. El rostro de la Virgen aparece con el aspecto que debería tener con anterioridad a la intervención de Miguel Márquez en 1816; es decir bastante mas moreno que el actual.
VIRGEN DE LOS REMEDIOS
Anónimo. Mediados del siglo XVIII.
Iglesia de los Remedios.
Oleo sobre hojalata. 32x22 cm.
VIRGEN DE LOS REMEDIOS EN EL CAMARIN
Anónimo. Mediados del siglo XVIII.
Comunidad de porpietarios de la antigua casa del Conde de Colchado.
Oleo sobre lienzo. 141 x110 cms.
Representa la Virgen en el camartín, si bien en este oleo esta aumentado el tamaño de la Virgen en relación del propio templete. En el borde inferior del vestido de la Virgen se puede identificar una joya en forma de águila bicéfala, que parece corresponder a la que aparece una de las joyas de la Hermandad e incluída en el apartado de joyas de esta web. Todo el espacio representado se enmarca en un rectángulo rematado en medio punto que viene a significar la embocadura del camarín en el retablo.
VIRGEN DE LOS REMEDIOS
Talla de la Virgen de los Remedios, datada a mediados del XVI, realizada en pino rojo y con una altura de 66 cm.
VIRGEN DE LOS REMEDIOS
Lámina del libro de las Constituciones de la Venerable Esclavitud de 1711.
Pergamino iluminado. 31x21,5 cm.
VIRGEN DE LOS REMEDIOS EN EL CAMARIN
Anónimo. Mediados del siglo XVIII.
Colección particular de Doña Carmen Rojas. Oleo sobre lienzo. 204 x 155 cms.
Este interesante lienzo, de formas mixtiíneas, fue realizado para ser colocado en un marco de yeserías borrocas que decoraba la escalera principal de una antigua casa -del primer
tercio del siglo XVIII- que existió en la calle Infante Don Fernando. El referido marco de yesería se trasladó en el año 1985 a la escalera monumental del Ayuntamiento. En el lienzo aparece representado el camarín de la Virgen, construido entre los años 1700 y 1707, con el templete de madera dorada que había realizado el entallador Miguel Asencio en 1721. La imagen de la Virgen está vestida a la manera de la época y rodeada de la antigua rafaga de plata. El efecto de profundidad espacial se obtiene mediante el conocido recurso de la solería ajedrezada en blanco y negro en perspectiva
VIRGEN DE LOS REMEDIOS
La imagen de la Virgen de los Remedios se encuentra sobre la peana que utiliza en el templete para su salida procesional, lleva una rafaga de plata que se realizó en 1997 con motivo del 75 aniversario de su Coronación Canónica, también lleva la medalla de oro de la Ciudad de Antequera, condecoración que le concedio el Cabildo Municipal también por el 75 aniversario de su Coronación.
VIRGEN DE LOS REMEDIOS
La imagen de la Virgen de los Remedios se encuentra sobre la peana que diariamente tiene en su camarín, así como una rafaga de lata dorada, que utiliza de diario. A sus pies se encuentra, en la media luna, la vara de mando que le confiere el título de Alcaldesa Perpetua.
Platería
CETRO
Segunda mitad del siglo XVIII.
Plata fundida y torneada. 18 cm. de alto y 6 cm. de ancho.
Vara cilíndrica moldurada en su parte inferior y central. Cuerpo de remate formado por una esfera achatada a la que sigue una pieza piriforme y cuatro asas laterales de tipo vegetal y perfil sinuoso.
CETRO
Segunda mitad del siglo XVII.
Plata fundida y torneada.
Vara cilíndrica con anillo en su mitad y boliche en su parte inferior y cuerpo de remate formado por un platillo con cuatro tornapuntas en "ce" sobre el que se desncansa una pieza cilindrica lisa con adornos laterales de perfil recortado.
CETRO
Primer cuarto del siglo XVIII.
Plata dorada. Fundida, torneada y cincelada. 18 cm. de alto y 5,5 cm. de ancho.
Vara cilíndrica con moldura en su mitad. Cabeza formada por una pieza ajarronada con asas de tornapuntas en "ese" y cuerpo adornado con "ces" espaldadas de tipo vegetal y remate de cupulilla.
CRUZ
Finales del siglo XIX.
Plata y plata dorada. Fundida y cincelada. 31 cm. de alto y 20 cm. de ancho.
Cruz griega de brazos rectos y cuadrón circular decorados con motivos lobulados; presenta rayos en ángulos y adornos de tronapuntas en los extremos. El nudo lleva sobrepuestos torrecillas de aspecto gótico.
CRUZ
Finales del siglo XVIII.
Plata fundida e incisa. 26 cm. de alto y 16 cm de ancho.
Inscripción: N.S. de los Remedios.
Cruz latina de factura muy simple. Presenta brazos rectos de superficie lisa recorridos por un tema inciso de ondas y rematados por un adorno de tronapuntas; el nudo es de tipo esférico con galloncitos incisos.
PEANA
Entre 1770 y 1780.
Plata y armazón de madera. Repujada y cincelada, 33.5 cm. de alto y 29,5 cm. de ancho.
De estructura troncopiramidal de planta cuadrada y lados de perfil sinuoso, con los frentes adornados con temas asimétricos de un espejo liso en el centro enmarcado por amplia rocalla y rodeado de tronapuntas y florecillas.
MEDIA LUNA
1922 Manuel Moya. Córdoba.
Plata y plata dorada. Fundida y troquelada. 53 cm. de alto, 83 cm. de ancho y 6 cm. de fondo.
Marcas M/MOYA, L900 y M.MERINO y león de Córdoba.
Media luna con las puntas rematadas en un ramo con lazo; la superficie se adorna con tallos sinuosos y flores y el anagrama de María en el centro.
ROSTRILLO
Segundo cuarto del siglo XVIII.
Plata dorada. Repujada y calada. 14 cm. de alto, 13,5 cm. de ancho y 4 cm. de fondo.
Marco de superficie calada con tallos, flores y capullos que ascienden desde la parte inferior, borde exterior sogueado y crestería de veneras.
Coronas
Corona del niño
Fecha 1720
Plata dorada, oro y esmeraldas. Fundida, repujada y engaste. 13 cm de alto 10,5 cm de ancho y 5,5 cm de diámetro en la base.
Alternan temas vegetales y cabecitas de querubines; los imperiales cuatro, decorados con flores y alguna esmeralda y rematan en bola del mundo con cruz terminal de brazos planos.
Corona del niño
Antequera Francisco Durán 1922
Oro, perlas, aljófar y diamantes. Fundido, repujado y engaste. 12,5 cm x 12,5 cm.
De tipo imperial, presenta aro dorado sólo con rosetas. Crestería de perfil ondulado con las puntas rematadas en perlas y seis imperiales de acentuado abombamiento adornados con flores abiertas con perla central y remate de volutas sobre la que se alza la esfera del mundo ceñida de aljófares con cruz terminal embutida en perlas.
Corona de la Virgen
Fecha 1720
Plata dorada, oro y esmeraldas. Fundida, repujada y engaste. 18 cm de alto 14 cm de ancho y 6,5 cm el diفmetro de la base.
De tipo imperial, con crestería dorada, en la corona de la Virgen, con "ces" vegetalizadas y flores vistas de frente y de perfil alternadas con ovalos de pasta vitrea coloreada en verde rematados por florecillas de esmeraldas con engaste embutido en oro.
Corona de la Virgen
Antequera, Francisco Durán 1922
Oro, perlas, aljófar y diamantes. Fundido, repujado y engaste. 16 cm de altura y 16 cm de ancho.
De tipo imperial. Presenta aro dorado con palmetas alternadas con rosetas de diamantes tallados en brillante entre dos hileras de aljófares embutidos. Crestería de perfil ondulado con las puntas rematadas en perlas y seis imperiales de acentuado abombamiento adornados con flores abiertas con perla central y remate de volutas sobre la que se alza la esfera del mundo ceñida de aljófares con cruz
terminal embutida de perlas.
Joyas
COLGANTE
Primera mitad del siglo XVIII.
Plata dorada, esmeraldas y piedra roja. Fundido, repujado, cincelado, calado y engaste. 14 cm. de altura, 14 cm. de anchura y 2,5 cm de fondo.
Joyel en forma de águila bicéfala coronada, con las alas explayadas convertidas en tallos sinuosos adronados con esmeraldas engastadas, los cuales surgen de una roseta central con piedra roja orlada de esmeraldas; la cola del ave repite el diseّo de las alas, componiendo un colgante de superficie calada formada por finos tallos enroscados en torno a un eje central con dos rosetas de esmeraldas.
VENERA
Primera mitad del siglo XVIII.
Oro, esmeraldas y esmalte blanco. Fundido, repujado, calado y engaste. 5,5 cm. de altura, 3,5 cm. de anchura y 1 cm. de fondo.
Medallón compuesto por un escudo circular coronado y un colgante inferior en forma de lágrima con una esmeralda embutida. La pieza principal es de superficie calada, con dos tallos enroscados salpicados de esmeraldas, que brotan de un eje central ocupado por la Cruz de la Orden de Malta destacada mediante esmaltado color blanco. Ese tipo de joya la llevaban los caballeros prendida al pecho como insignia de la orden militar a la que pertenecían.
ALFILER DE CORBATA
Perteneció a D. Fulgencio Ramírez. Principios del siglo XX.
Oro. Recortado y cincelado de 9 cm. de altura y 1,8 cm. de anchura.
Adorno en forma de ramita florida compuesta por un tallo con hojas, capullos y dos flores abiertas con cinco pétalos.
ALFILER DE PECHO
Primera mitad del siglo XX.
Plata dorada, filigrana, diamantes y esmalte verde. 6 cm. de altura, 3,5 cm. de ancho.
Adorno en forma de tallo con dos hojas esmaltadas en verde y acabado en una flor con cáliz lobulado y seis pىtalos adornados con diamantes montados en filigranas de oro.
BROCHE
Primera mitad del siglo XVIII.
Oro, esmeraldas y esmalte azul, amarillo anaranjado, verde, blanco y rojo. Fundido, cincelado, calado, esmaltado y engaste. 12 cm. de altura, 8 cm. de anchura y 3,5 cm. de fondo.
En forma de triángulo invertido, con corona adornada con esmeraldas talladas en tabla y engastadas en cuadro, cresterٍa de flores con pétalos esmaltados y remate en Cruz de Jerusalén, que parece añadida. El resto de la pieza es de superficie calada con motivos vegetales simىtricos provistos de pedrería y cuatro flores sobrepuestas del tipo de las anteriores, pero con esmeraldas algo mayores en el centro; de los laterales cuelgan seis lágrimas con esmeraldas y engarce de flor de lis.
GARGANTILLA
Segunda mitad del siglo XVIII.
Plata, perlas y diamantes. Fundida y engaste. 13 cm. de altura, 4,5 cm. de anchura y 2 cm. de fondo.
Formada por cuatro hileras de perlas a cada lado, un lazo de diamantes con roseta en el cruce central, y un colgante compuesto por una flor de ocho petalos de la que pende una lágrima de perla.
COLGANTE
Segunda mitad del siglo XVIII.
Oro y esmeraldas. Fundido, repujado, calado y engaste. 6 cm. de altura, 3,5 cm. de anchura y 1 cm. de fondo
Compuesto por una corona de la que cuelga una pieza en forma de cruz, con los brazos y centro resaltados por esmeraldas engastadas en celdillas rectangulares y de tipo romboidal, repectivamente; los espacios entre ellos se adornan con tallos de hojas.
GARGANTILLA
Fines del siglo XIX.
Plata y diamantes. 3 cm. de altura y 3 cm. de anchura. Fundida y engaste.
Adorno compuesto por cuatro diamantes tallados en brillante y montados en engaste "al aire" del tipo circular unidos formando un diseño en Y.
LAZO
Mediados del siglo XVIII.
Oro y esmeraldas. Fundido, calado, cincelado y engaste. 6 cm. de altura, 7 cm. de anchura y 2,5 cm. de fondo.
Lazo compuesto por un copete en la parte superior, una doble lanza unida en el centro a una esmeralda con engaste embutido de tipo oval, y un colgante romboidal. Las cintas están caladas con motivos de ramos asimétricos, tachonadas de esmeraldas y rematadas por una cenefa de florecillas y hojas. El colgante se adorna con una flor de seis pétalos con piedras del mismo tipo y finos tallos agrupados en torno a una esmeralda triangular.
COLGANTE
Primera mitad del siglo XVII.
Oro, diamantes y esmalte blanco y rojo. Fundido, calado esmaltado y engaste. 7,5 cm. de altura y 5,5 cm. de ancho.
De tipo oval con monograma de María en el centro formado por diamantes tallados en tabla engastados en celdillas cuadrangulares, que se disponen igualmente en el borde. Este presenta cerco de rayos muy cortos, rectos y flameantes alternados cubiertos de esmalte blanco y rojo, color que aparece también en cuatro florecillas situadas debajo del motivo mariano.
CRUZ
Finales del siglo XVIII.
Oro y esmeraldas. Fundida, cincelada y engaste. 4,5 cm. de altura y 2 cm. de anchura.
Consta de una corona de la que cuelga la cruz, que es de tipo latino con crucero circular y brazos de palmetas adornados con esmeraldas talladas en tabla y engastadas en embutido.
RELICARIO CON LA FIRMA DE SANTA TERESA
Ultimo tercio del siglo XVII.
Plata e hilo de plata dorada y perlas. Afiligranada y fundida, 6,5 cm. de anchura 5,5 cm. de altura y 0.7 cm. de fondo.
Rectangular apaisado, con marco liso orlado de tronapuntas de filigrana con enroscamientos y perfil en ese unidas mediante formas acorazonadas que asientan una perla.
CRUZ
Fines del siglo XVI.
Oro y esmalte azul, rojo, blanco y verde. Fundida, cincelada y esmaltada. 8,5 cm. de altura, 5,5 cm. de anchura y 0,8 cm. de fondo.
Cruz latina de brazos rectos, rematados los cortos en una flor de lis esmaltada en blanco y superficie rehundida adornada con cartelas de volutas alternando con instrumentos de la Pasión esmaltados (flagelo, cornona, tenazas y martillo, columna, escalera, lanza y clavos).
ROSTRILLO
Fines del siglo XVII.
Oro, esmeraldas y esmalte. Fundido, repujado, esmaltado y engaste. 16,5 cm. de altura, 13 cm. de anchura y 3 cm. de fondo.
Hueco para el rostro de la Virgen en forma de corazón bordeado por esmeraldas en hilera; el marco es de superficie calada con motivos simetricos de tallos y "ces" vegetalizadas adornados con esmeraldas engastadas en celdillas de distinto formato, y seis flores con pétalos esmaltados y centro de roseta.

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